Lo que hoy se conoce como Ruta da Pedra e da Auga existe desde hace siglos.
Era, originariamente, un estrecho sendero a orillas del río Armenteira, que daba servicio a los más de 50 molinos fluviales que funcionaron en el pasado entre Barrantes y las proximidades del monasterio. Los Lunes de Pascua, además, cientos de personas subían por él para asistir a la popular romería das Cabezas.
Hoy, se ha convertido en una de las rutas de senderismo más conocidas y transitadas de Galicia. Le sobran atractivos para ello: desde los molinos, muchos de ellos reconstruidos, hasta un paisaje espectacular, que se hace especialmente bello en el tramo final del camino, cuando la ruta se interna en un sombrío y silencioso pasillo, por el que se camina sorteando las gruesas raíces de los árboles y resbaladiza piedras, mientras la mirada se deleita con innumerables y preciosos saltos de agua.
El expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, contribuyó mucho a la fama de la Ruta da Pedra e da Auga fuera de O Salnés, gracias a sus paseos matinales, pero en la comarca arousana ya lleva más de una década atrayendo a gente como un poderoso imán.
El hecho de ser apta para toda la familia, excepto, quizás, un tramo central de un par de kilómetros, la espectacularidad de sus paisajes y el hecho de finalizar en un lugar del atractivo de Armenteira lo han convertido en la joya del senderismo de O Salnés.
En sus primeros kilómetros, el sendero no tiene ninguna dificultad, ya que es llano y ancho. Por ello, es un lugar al que suelen recurrir mucho las familias con niños para sus paseos de fin de semana.
Pasados los enlaces de la Autovía do Salnés, la ruta se interna en el Concello de Meis. Se deja atrás la desembocadura del río San Martiño en el Armenteira, y poco después se llega al área recreativa de Serén, donde se mantienen en pie el merendero, un parque infantil y la Aldea Labrega, un conjunto de esculturas de piedra que recrean el antiguo rural gallego, y que es uno de los espacios más fotogénicos de esta primera parte de la ruta.
Acto seguido, se cruza el río por una pasarela de madera, y el camino empieza a ponerse exigente, con las primeras cuestas. Pero también es la parte más bonita. El bosque de ribera está compuesto de sauces, alisos, castaños, robles… Los más atentos también descubrirán docenas de curiosos animales, como un mirlo capaz de bucear o las cobras viperinas. Entre las plantas de menor porte, aparecen desde el “fento macho”, utilizado en el pasado para hacer remedios contra la soriasis, hasta el “fento femia”, que se quemaba para atraer la lluvia.
El camino finaliza en Armenteira, la capital del turismo interior de O Salnés gracias a su monasterio románico, aún habitado por una comunidad de monjas. Es, además, una aldea con bastante animación, pues se ha convertido en parada habitual de peregrinos que recorren la Variante Espiritual, por lo que hay un par de bares y la posibilidad de encontrar alojamiento.