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Ons en marcha… nórdica

La semana pasada fueron las Islas Cíes y ayer sábado nos toco disfrutar de unas rutas estupendas en la Isla de Ons.

Comenzamos el día con la Ruta Sur. La ruta comienza en la caseta de información de Ons, que está justo al final del muelle. Desde allí sube por una fuerte y corta pendiente inicial y atraviesa O Curro, el núcleo más importante de población. En su primer tramo, paralela a las playas de la costa sureste, tras la primera de ellas, Area dos Cans, se puede divisar, el grupo de rocas donde se encuentra O Laxe do Crego, sarcófago antropomorfo datado en el medievo y desde entonces objeto de múltiples leyendas. Un poco más allá, aparece la Playa de Canexol y su frágil complejo dunar, actualmente en proceso de recuperación.

Frente a ella, al otro lado del camino, la antigua casa rectoral con sus tradicionales hórreos, la escuela, el cercano cementerio y la iglesia vieja son parte de la historia del hombre en la isla. Las viviendas que se encuentran en el camino, algunas de ellas aún hoy habitadas, formaban los barrios de Canexol y Pereiró.

El camino nos conducirá, en unos 45 minutos desde el inicio de la ruta, al hermoso mirador de Fedorentos , desde donde nos ofrece las mejores vistas al cercano islote de Onza y a la entrada de la Ría de Pontevedra, viéndose al fondo el majestuoso archipiélago de las Cíes. Volviendo un poco atrás hacia el oeste, está el Buraco do Inferno, donde los continuos embates del océano han construido esta curiosa formación geológica, un agujero de más de 30 metros que se comunica con el mar, produciendo un sonido ronco inolvidable, entre los verticales acantilados que componen esta zona de la isla. Desde aquí seguimos bordeando la costa occidental hasta alcanzar la Ensenada de Caniveliñas.

Seguimos caminando con nuestros bastones hasta llegar al pequeño helipuerto y al que merece la pena acercarse, ya que allí es desde donde mejor se contempla el magnífico edificio del Faro. Situado en el punto más alto de la isla, a 119m sobre el nivel del mar, eleva su linterna hasta los 128m; junto con el de Sálvora, es uno de los pocos que hasta hace pocas fechas estaban aún atendidos por fareros. De forma ininterrumpida desde 1926, año en el que empezó a funcionar, primero con petróleo y hoy en día a través de un sistema de placas solares, su potente haz de luz sirve de guía a las numerosas rutas marítimas que recorren las Rías Baixas.

Del Faro regresamos al punto de partida, y nos disponemos a disfrutar de esa caldeirada de pulpo y de la empanada de millo de xoubas.

Ya por la tarde terminamos con una ruta sencilla y corta, Ruta do Castelo, un paseo suave que se inicia en el área de descanso que hay próxima a la playa de As Dornas, nombre que recibe de las embarcaciones tradicionales de pesca que empleaban los isleños. Desde aquí parte -dirección norte- un camino que bordea la costa oriental, se adentra en un pequeño bosque de sauces, y llega hasta al mirador do Castelo. Desde esta antigua batería de costa -sin terminar- hay unas vistas excelsas de la ría de Pontevedra, y unos metros más abajo -a nivel del mar- hay una curiosa furna. El regreso hacia O Curro se hace por un camino interior alejado del mar, dirección sur.

Por supuesto, ¡¡VOVEREMOS!!

Y no os olvidéis que en la agenda tenemos a las Islas de Cortegada y Sálvora para completar nuestra visita al Parque Nacional de las Islas Atlánticas.

«Seguimos sumando mucha marcha… nórdica»

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