Volvimos a cruzar la «frontera» con nuestros bastones de marcha nórdica y así poder disfrutar de una mañana magnífica a los pies del padre de los ríos gallegos, el río Miño.
Como siempre, esta ruta nunca, nunca nos defrauda.
¡¡Volveremos!!
Volvimos a cruzar la «frontera» con nuestros bastones de marcha nórdica y así poder disfrutar de una mañana magnífica a los pies del padre de los ríos gallegos, el río Miño.
Como siempre, esta ruta nunca, nunca nos defrauda.
¡¡Volveremos!!